Hay post que te esperan cerca de casa y sin pedir nada a cambio, se recuestan contigo sobre la barra de bar próxima a la oficina, comentan noticias de actualidad y se ponen de lunes a mitad de semana, echándote, el brazo cómplice por encima. Los hay que regalan sustantivos a la salida del metro, con ropa de agosto en febrero, mucho viento soleado y preparada la maleta de viaje, por si hay que salir apresurado. Los hay que dicen frases hermosas y a pie de mejilla, sacan colores de recién enamorado. Algunos, cargando miedo sin papeles, desafían la cordura de lo políticamente correcto cruzando a nado La Cibeles.
Me gustan post que escriben otros, motivados por causas que unen pueblos, con libertad de expresión y arrestos para denunciar genocidios, violencia de género, toques de queda, malos tratos… Me interesan robustos de compromiso ciudadano, de ideales que cuando pinta difícil no mueren, de esa gota que colma el vaso y toma la calle, talando de ella al tirano. Y desde luego, apuesto por arrojar al mar y que lo encuentre alguien, post metidos en besos, guardados con cuidado, con ternura, como el misterio del vino viejo. Y cómo no, también, aquellos que a la caída de la tarde, buscan el mejor momento para quedarnos tú y yo a solas, en el espacio común de mi cuaderno de notas.
Cierro pues el documento no sin antes decir que haré post con llegadas y despedidas, con euforia y hundimiento, con proyectos y soledades, con ahora y hasta luego, en pijama o traje de noche, pero sobre todo, escribiré con mimbres de alegría y nostalgia, materiales suavemente sensibles que me ayuden a encajar en el puzzle de las musas cada palabra.
Me gustan post que escriben otros, motivados por causas que unen pueblos, con libertad de expresión y arrestos para denunciar genocidios, violencia de género, toques de queda, malos tratos… Me interesan robustos de compromiso ciudadano, de ideales que cuando pinta difícil no mueren, de esa gota que colma el vaso y toma la calle, talando de ella al tirano. Y desde luego, apuesto por arrojar al mar y que lo encuentre alguien, post metidos en besos, guardados con cuidado, con ternura, como el misterio del vino viejo. Y cómo no, también, aquellos que a la caída de la tarde, buscan el mejor momento para quedarnos tú y yo a solas, en el espacio común de mi cuaderno de notas.
Cierro pues el documento no sin antes decir que haré post con llegadas y despedidas, con euforia y hundimiento, con proyectos y soledades, con ahora y hasta luego, en pijama o traje de noche, pero sobre todo, escribiré con mimbres de alegría y nostalgia, materiales suavemente sensibles que me ayuden a encajar en el puzzle de las musas cada palabra.
Mayte, gracias por aparecer casi de la nada, por tu mano y por tu estímulo. Así es más fácil. Quiero llenarme de todos tus adverbios. De noche y de día. Ayúdame con tu crítica constructiva para poder crecer un poco más.
Crucemos a nado la Cibeles una y otra vez.
Un abrazo amiga
Huele que alimenta , en tu cocina de pensamientos. Solo con imaginar la cantidad de suculentos platos de verbo, sentido comun, sentimiento, con tan diversos ingredientes, que por suerte o desgracia la vida nos proporciona. A uno le entran ganas de sentarse ya a tu mesa y esperar emocionado que sirvas el siguiente plato.
Me encanta como cocinas la letra. Gracias