martes, 4 de octubre de 2011

Estoy "indignada"

Por los que no se indignan; por lo corazones acomodados que están dormidos; por los ideólogos de panfleto barato  que reagrupan a una determinada juventud bajo el nombre de “perro flauta”; por el perenne cartel que puede leerse en la vía urbana y dice: “presente y futuro, permanecerán cerrados indefinidamente por reforma, hasta nuevo aviso”; por la incomprensible actitud de “no me incumbe, no va conmigo”; por el derrumbe y derribo, sin tratamiento paliativo de la utopía y la confianza; por los corrillos de escalera que empujan al bipartidismo como única alternancia preparada para gobernar; por la pérdida de valores democráticos y sociales, que han dado paso al “todo vale”; por el descrédito humano que figura en “dime de quién eres y te facilitaré lo que mangas”; por el intento de minimizar con discurso de extrema, el impactante movimiento sin precedentes, que ha conquistado con alegría festiva la plaza pública y de manera organizada; por los medios de comunicación en cuyo escaparate cuelga en letras de molde: “Informamos al 70% de credibilidad por cese del negocio”; por quienes tratan al inferior de diferente, al diferente de extranjero y al extranjero de contrato por hora basura. Así, podría alargar eternamente esta lista pero caigo en la cuenta que no resultaría fácil darla por finalizada.

Estoy muy cabreada, perpleja, irritada e indignada porque en nombre de la Democracia, los de casi siempre, han pretendido manipularnos de manera vitalicia. Por ello o a consecuencia de observar cómo los mimbres del sistema estaban pudriéndose delante de mis narices sin hacer nada, hoy, domingo veintidós de mayo del dos mil once, he madrugado y aunque sigo con las ropas de la indignación puestas, llegué fuerte hasta el colegio electoral correspondiente, donde con la cabeza bastante alta y dos papeleras bicolor en minoría, ejercí mi derecho al voto como protesta contra esos grandes partidos que no nos representan y sí lo hacen descaradamente en cambio, al poder financiero, al clero reaccionario y a la banca. Después, no lejos de Sol y acompañada cálidamente de un café con leche, preparé mi personal manifiesto interior donde en cada punto, trataré de refundar aquellos principios democráticos que tanto me han hecho crecer como persona.

Dicho lo cual, en absoluta paz conmigo misma, eufórica y viva como hacía mucho tiempo no me sentía, añadiré solamente que desde este instante puntual, será para mí prioritario antes de recurrir a la queja, rejuvenecer mi ideología política con la mejor y más preciada herramienta atemporal que conozco: LA LIBERTAD.

2 respuestas a Estoy “indignada”

  1. Esperanza dijo:
    Lo mas importante es que te has quedado en paz contigo misma, y que te sientes viva.
    Y es que la libertad se conquista y el camino no puede ser cómodo.
    La libertad y el cambio se tienen que producir en nuestros corazones, y mantenernos así firmes en reivindicar justicia y no callarnos y denunciar los abusos que conducen a las desigualdades tan extremas y a la corrupción.
  2. Miguel Ángel Lozano Martínez dijo:
    Es curioso que el librito “Indignaos” me lo regaló un amigo más bien de derechas, pero que se moviliza de vez en cuando contra situaciones injustas, etc. Mayte, cada día admiro más tu fuerza. Me alegra ver que haya gente capaz de reaccionar y movilizarse ante lo que está pasando. Lamentablemente pienso que sigue siendo una pequeña minoría, pues los que ostentan el poder llevan mucho tiempo utilizando muchos medios para adormecer/distraer a la gente, y consiguen sus resultados. Un abrazo

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