14.
Una vez asimilado que el asalto al
Capitolio no son imágenes espectaculares de algún rodaje propio de Hollywood,
con miles de actores extras cuya caracterización y vestuario merecerían nominaciones
a los Oscars, sino que la invasión, con el único propósito de tumbar los
cimientos democráticos, sucede en realidad, lo primero que hago sin apartar los
ojos de la televisión ni de la información constante que la agencia United
Press International cuelga en su web, es contactar con la sede de
nuestra ONG en Washington, pero las líneas están colapsadas y permanezco a la
espera de establecer comunicación. Mientras, pruebo suerte con la oficina. ‘The
Climate Reality Proyect, Rochester, Hello’. ‘Georgia, ¿qué haces ahí?’.
‘¿Recuerdas?, trabajo aquí,’. ‘Boba. ¿Estás bien?’. ‘Markel,
deja de ejercer un paternalismo conmigo que no te pega ni yo soporto. Joder, la
que han liado, ¿no?’. ‘Tremendo. Aún estoy en shock’. ‘Nosotros
también’. ‘A ver cómo reaccionan desde la Casa Blanca’. ‘Sin
comentarios…’. ‘Necesito un favor’. ‘Dime’. ‘En uno de los
cajones de mi mesa hay una cartera de cuero muy desgastada, ábrela’. ‘Voy,
aguarda un segundo. Ya la tengo. ¿Qué hago?’. ‘Busca la tarjeta de la
congresista Alexandria Ocasio-Cortez’. ‘¿Es quien impulso en 2019 un Green
New Deal medioambiental?’. ‘Sí. Y también fue muy sonado el discurso
feminista que dio en el Congreso a raíz de que un legislador republicano de Florida
la increpara utilizando un lenguaje absolutamente machista’. ‘Me alegré
mucho cuando ganó las primarias a la periodista Michelle Coruso-Cabrera’. ‘Yo
también, es muy dinámica y forma un buen equipo junto a la refugiada somalí
Illhan Omar, Rashida Tlaib de origen palestino y la afroamericana Ayanna
Pressley representantes de los Estados de Minnesota, Michigan y Nueva York,
respectivamente. Son el ala progresista del Partido Demócrata’. ‘Es
cierto, William y yo asistimos a uno de sus mítines’. ‘Localízala, y di
que llamas de mi parte. A ver qué cuenta. Quiero saber si habrá nuevas medidas para
reducir con urgencia las emisiones de carbono. Ponte a ello, y dile a Jeff que
dentro de tres o cuatro días estoy allí. ¡Ah!, y no perdáis la pista a Glenn
porque el muy canalla es capaz de quedarse a vivir en Chiribiquete’. ‘Colega,
no tienes límite’. ‘Te dejo, me entran muchos e-mails. Cuídate, y sal lo
menos posible’. ‘Vuelve pronto, compañero. Oye, se pone Nelson’. ‘Ahora
no puedo, lo siento. Volveré a llamar’.
Entre
los más de cuarenta correos con publicidad que han saltado de golpe presto especial
atención a uno con remitente particular. “Estimado Mr. Atxaga. Me llamo Steven
y nuestros padres son vecinos. Formo parte de esa generación que va a tomar el
relevo en todas las cosas. Considero que soy un joven inquieto y preocupado por
cuanto ocurre en el mundo: hambre, migraciones, desigualdad, maltrato, tráfico de
humanos, enfermedades incurables, explotación infantil, xenofobia, violencia,
racismo, discriminación de la mujer… y, también, problemas medioambientales. A
punto de ingresar en la Universidad de Princeton para estudiar Físicas, algo
que desde pequeño siempre quise hacer pese a que ahora ya no lo tengo tan claro,
creo que mi sitio está en la lucha por el clima pues considero que es el eje de
la vida en la Tierra. De alguna manera, la vocación de investigador que siento rugir
en las tripas y el activismo que corre por mis venas son vasos comunicantes.
Esa misma razón es la que me empuja a escribirle. Ojalá tuviera la oportunidad
de exponer delante de usted algunas de las ideas y pensamientos que tengo
respecto a la agricultura más responsable, reducir las sustancias contaminantes,
desperdiciar menos alimentos, comercio justo, etcétera. En fin, como puede
comprobar, estoy bastante preocupado. Muchas gracias. Cuídese. Saludos. S.”. Queda
pendiente de contestar en otro momento. Ahora, toda la atención la acapara el
presidente electo Joe Biden que, como hombre de Estado, curtido en las
trincheras, se dirige a los estadounidenses y califica los hechos como un acto
de sedición. Un WhatsApp de William parpadea en mi celular. Dice que los
trámites de adopción en Ecuador no están siendo tan sencillos como les habían prometido
y que les piden más dinero del acordado. Ofrezco mis ahorros pero asegura que ellos
pueden hacer frente a los gastos. Sin embargo, lo que sí le preocupa bastante son
las consecuencias emocionales que esto va a suponer para su esposa, delicada
mentalmente…
A
unas 35 millas al norte de Nueva York, a orillas del río Hudson, se encuentra
la planta nuclear Indian Point Energy Center, en Buchanan, villa del
condado de Westchester. Y, aunque su licencia para operar estaba vigente hasta 2025,
de acuerdo con las autoridades la empresa ha anunciado un lustro antes su pronta
venta y posterior desmantelamiento. En el dossier que traigo preparado veo que
la unidad 1 funcionó desde septiembre de 1962, hasta octubre de 1974, ya que el
sistema de refrigeración de emergencia no pasó los controles óptimos de seguridad
lo cual obligó a vaciar el combustible de la vasija. Según aminoro la velocidad
y sigo la flecha de entrada observo que apenas hay media docena de coches
estacionados. Un vigilante con sobrepeso, junto a su perro guardián, custodia
en solitario todo el perímetro. ‘Hola. ¿Qué tal? Estoy citado con Mr. Owens’.
‘Un momento, he de comprobarlo –retrocede hasta la caseta y veo cómo
descuelga un teléfono de modelo antiguo. Minutos después regresa con paso cansino
y, apoyándose sobre el capó, dice–: cuando llegue al final de las columnas
de árboles gire a la derecha, ahí verá la nave donde le esperan’. ‘Thanks’.
‘Bey’. Levanta la barrera y dejo atrás el reconfortante paisaje de
montañas. De pelo canoso y rubio, rozando los setenta años, con perfil de cowboy,
manos huesudas de dedos largos y una sonrisa permanente iluminando dos bonitos
ojos azules, es el interlocutor que esquivará diplomáticamente mis embarazosas
preguntas. ‘Encantado –inclinamos la cabeza a modo de saludo–. Soy Markel
Atxaga, The Climate Reality Proyect, una asociación que aboga por la educación
sobre el cambio climático’. ‘Sí, la persona que contactó conmigo me puso
al corriente. ¿En qué puedo ayudarle?’. ‘Como supondrá nos preocupa todo
lo relacionado con la salud pública y ecológica, por consiguiente, los procesos
de desmantelamiento y cómo se lleven a cabo, también’. ‘Bueno, supondrá
que eso ya no corre de nuestra cuenta sino de una empresa de Nueva Jersey especializada
en hacer este tipo de cosas’. ‘¿Estaba usted aquí cuando cerraron la
Unidad 2? –silencio–. ¿Conoce a alguien que haya sido testigo de ello? –silencio–.
¿Le consta que hace dos décadas se liberó a la atmósfera una pequeña cantidad de
radioactividad porque se rompió la tubería de un generador de vapor? –silencio–.
¿Cree que de haber seguido funcionando cabía la posibilidad de que hubiera ocurrido
un accidente nuclear similar al de Three Mile Island? Sabe positivamente a qué
me refiero, los sistemas de refrigeración no funcionaron y, al calentarse, el
combustible sólido se volvió líquido fundiendo el reactor y, en el peor de los
casos, podría haber desencadenado una explosión parecida a Chernóbil –silencio–.
¿De verdad que no tiene nada qué decir?’. De suceder esto en el contexto de
un juicio se oiría por respuesta: “me acojo a la Quinta Enmienda”. ‘No
quiero problemas –rompió el mutismo–. En cuanto que los nuevos dueños se
hagan cargo de la empresa cierro esta etapa y me retiro a mi rancho en Texas’.
‘No le estoy pidiendo que desclasifique información comprometida, pero dadas
las circunstancias y habiendo saltado la noticia de la compra entienda la curiosidad.
¿Cuántos acres tiene esto?’. ‘240’. ‘Imagino que ya no quedan
residuos tóxicos, ¿verdad?’. ‘No, jamás hubo –frunzo el ceño de
incredulidad–. Acompáñeme –mira a uno y otro lado, voy detrás de él a
cierta distancia hasta que hace un gesto para que no continúe. Entonces, entra
al despacho y saca unos documentos en la mano–. Compruébelo usted mismo. Nosotros
siempre hemos cumplido los protocolos marcados por Nuclear Regulatory Comission,
ahí tiene la memoria de lo que se ha hecho y cómo’. Ni siquiera hojeé el contenido
de la carpeta, la conversación había sido como jugar a beisbol sin guante: uno rehúye
capturar la pelota y la esquiva.
Hacer
el camino de vuelta es memorizar en la retina lo que a primera vista pasó
desapercibido. Akron, ubicada en el condado Summit, es una ciudad del estado de
Ohio –conservador, religioso, hermético–. Con diversa arquitectura donde conviven
sin estorbarse edificios elegantes con semáforos brillantes de chapa amarilla y
casas individuales rodeadas de la naturaleza que se hacen hueco entre los
postes del cableado eléctrico. A principios del siglo XX, atraídos
fundamentalmente por su industria especializada en artículos de caucho, experimentó
un notable aumento poblacional, debido a los numerosos emigrantes que vinieron
buscando un futuro mejor desde cualquier punto del país e incluso de Europa.
Impresionado por la torre del PNC Bank, no me aguanto las ganas de entrar al
vestíbulo. Pero, debido a la emergencia sanitaria permanece cerrado al público.
Jeff tenía razón recomendándome visitar la casa museo del Dr. Robert Smith,
fundador de Alcohólicos Anónimos en 1935. Con absoluto esmero mantienen el
mobiliario de las habitaciones tal y como lo dejaron, así como la pulcritud del
tapizado de los sillones, la histórica mesa de la cocina donde se redactaron las
bases de la asociación contra la adicción a la bebida. El cortinaje y cada
adorno contienen la esencia de los difíciles momentos que se vivieron ahí. Es fácil
cerrar los ojos y empatizar con el sufrimientos y también las alegrías de quienes
consiguieron mantenerse sobrios. Antes de abandonar el territorio diviso a lo
lejos el dirigible con el logo de Goodyear, la compañía multinacional de
neumáticos que obtiene grandes ingresos a través de la Fórmula 1.
‘¿Por
dónde andas, compañero?’. ‘Regreso a casa. ¿Y tú?’. ‘Voy a una reunión
con ambientalistas muy preocupados por el futuro de los Parques Nacionales Naturales
tras el relevo de Julia Miranda. Además, me han prometido que mañana visitaremos
la serranía, no en su totalidad. Son 4,3 millones de hectáreas y algunas de
ellas muy abruptas’. ‘Pero sí disfrutarás de los tepuyes decorados de
selva y pinturas rupestres, imagino’. ‘Claro, es un paraje de valor
incalculable, ten en cuenta que es la región con mayor biodiversidad del mundo.
No obstante, y hasta donde sé, también sufre una deforestación irreversible’.
‘Dicen que la mayoría de los dibujos encontrados en las paredes rocosas son
de Panthera onca’. ‘El felino más grande de América’. ‘Compruébalo
y entérate si están aplicando algún tratamiento de conservación’. ‘Espero
no toparme con uno de frente, pero lamentablemente es una especie en extinción.
No te preocupes que así lo haré. De igual modo será interesante tomar nota de
las claves que encierra el lugar respecto a los primeros pobladores del
continente y ver cómo eran nuestros hermanos’. ‘Glenn, no corras riesgos
físicos. He conocido a Oliver, el marido de Deanna, estuve con ellos. Viven en
Harlem’. ‘¿Y qué tal?’. ‘Bueno, una experiencia diferente que
todavía estoy asimilando’. ‘Ella me parece una persona complicada’. ‘De
alguna manera todos lo somos. Oye, quedan pocas millas para llegar y voy a parar
un poco. Mantenme al corriente’. ‘Cuídate, amigo’. ‘Y tú. Nos
vemos pronto’.
A
escasas millas de mi casa, en la recta final de este periplo, hago un alto en
St. Charles donde tomo café y una generosa porción de tarta de queso. La
camarera, al borde de la desidia, se coloca el lápiz sobre la oreja y el
cuaderno de las comandas en el bolsillo trasero de pantalón. ‘¿Viene de muy
lejos?’. ‘Si’. ‘¿Está de paso?’. ‘Claro’. ‘¿Le
quedan muchas millas?’. ‘Algunas’. ‘Entonces, seguro que busca room’.
‘Pues no’. Ante la poca disposición que muestro para conversar coge uno
de los periódicos del mostrador y dice: ‘¿Ha visto la foto?’. ‘No.
¿Cuál?’. ‘Ésta –señala la portada–. Qué manera más tonta de perder
la vida, ¿verdad? Lea en alto, por favor. Estoy fatal de la vista y esta
puñetera letra tan pequeña se me nubla’. ‘Ashli Babbitt, 35 años,
veterana de las fuerzas aéreas, recibió un disparo en el cuello cuando se manifestaba
en el asalto al Capitolio, la trasladaron al hospital con una fuerte hemorragia
donde poco después murió’. Arruga la nariz, lo deja en el mismo sitio y se
santigua. Otro cliente la reclama y aprovecho para irme. Los últimos rayos de sol
iluminan un indicador de grandes dimensiones situado a la izquierda en el que se
visualiza a distancia: Welcome Rochester. Apenas sin tráfico, la
carretera que se columpia por el espejo retrovisor parece una cremallera cuyos
dientes se cierran tras de mí. Apago el motor, y sentado a oscuras dentro del
coche, contemplo la inmensidad de la espectacular luna llena. Nelson golpea con
los nudillos en la ventanilla.
Me asombra tu capacidad de documentación y lo que siempre te digo: esa facilidad que tienes para juntar realidad y ficción que definen tu estilo. Un beso, nena
ResponderEliminarComo siempre impresionante.
ResponderEliminarGracias.
Las descripciones, el dibujo de personajes, el ritmo de la acción, los diálogos y el lenguaje... Leerte me emociona y resulta difícil explicarlo.
ResponderEliminarMe gusta tu estilo y eres, para mí, una autora de culto. Gracias. Besos, Mayte.